Con una paleta de madera o similar, revuelve muy bien el contenido de cada tarro. Hazlo desde abajo hacia arriba, hasta lograr una pintura completamente homogénea. Aunque lo que se vaya a pintar esté en buenas condiciones, lava siempre los muros con agua y jabón. Enjuaga con abundante agua y deja secar completamente. Protege los muebles y el piso de la zona que rodea la superficie que se va a pintar con papel de diario o plásticos. No olvides que es mejor trabajar con ropa que se pueda manchar sin problemas. Y si vas a pintar cielos, es una buena idea proteger tu cabello con un gorro.